El municipio llamado BIENVENIDA está situado en el cuadrante suroeste de la Península Ibérica. A 450 Km al SO de Madrid, a 113 al N de Sevilla, a 87 al S de Mérida, a 107 de Badajoz y a 350 de Lisboa.
Aunque se han encontrado vestigios de poblaciones prehistóricas: iberas, celtas y yacimientos romanos, como estelas funerarias y tumbas, la fundación de esta localidad no hay que ponerla más allá de la edad Media, concretamente en el siglo XIII.
Como su nombre indica, tuvo que ser originada por un acontecimiento festivo: La fiesta de Bienvenida que le tributaron a una alta personalidad. Una antigua tradición, no documentada, recuerda la Bienvenida que el rey de Castilla y León, Fernando III, el santo, preparó para recibir a su madre, Doña Berenguela de Castilla, y a su mujer, Doña Beatriz, cuando ambas vinieron a verlo a la ciudad de Llerena, donde estaba el Rey. Como las dos reinas venían desde Mérida, el Rey les salió al encuentro y ambas comitivas se encontraron en el emplazamiento de la actual Bienvenida.
El núcleo urbano es compacto, no habiendo espacios grandes sin edificar ni huertos ni espacios dedicados a la agricultura dentro de él. La mitad sur es llana. La norte tiene un declive, muy acentuado, especialmente a partir de la iglesia. Más abajo continúa la llanura.
Monumentos a destacar son la Iglesia Parroquial, con su esbelta torre mudéjar, edificadas entre los siglos XV y XVII. La ermita de la Patrona, cuyo edificio actual de del siglo XVIII, aunque hay documentación desde el año 1.497, fecha en la que ya había un edificio con dicho fin. La fuente de la calle de la plaza, cuya fábrica actual es del siglo XIX. Y, especialmente, son de admirar las hermosas fachadas de muchas casas solariegas.
El terreno sobre el que se asienta el municipio es llano en su mayor parte, inclinándose levemente hacia el norte, hacia el ría Guadiana,, a donde van la mayor parte de sus aguas, formando algunos arroyos de escaso caudal. La parte sur del término municipal vierte sus aguas al río Guadadalquivir. No hay grandes caudales de agua de superficie, pero en el subsuelo debe haber abundancia, pues la población se surte con aguas de pozos desde siempre y nunca ha faltado el agua ni aún en los años de mayor sequía.
Tiene unos 2400 habitantes, que, en su mayor parte, se dedican a la agricultura de secano típica de la agricultura mediterránea, con sus tres productos esenciales: cereales, vides y olivos.
