Su fundación como aldea dependiente de la Encomienda de Alange, se atribuye en el siglo XIV al Maestre santiaguista Gonzalo Mexía, de quien deriva su apelativo.
En 1588 se independizó de este dominio mediante el pago de 7.000 ducados a Felipe II, quedando como Villa exenta sin sujección, por tanto, al Partido de Mérida.
En 1594 formaba parte de la provincia León de la Orden de Santiago y contaba con 143 vecinos pecheros.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Mérida. En el censo de 1842 contaba con 306 hogares y 1120 vecinos.
En la actualidad constituye un centro de naturaleza rural en el que se mantiene poco alterada su fisonomía tradicional.
Tradiciones antiguas mencionan la existencia en la localidad de una campana con la peculiaridad prodigiosa de que su tañido calmaba las tormentas y garantizaba partos felices.
Entre los monumentos locales, el más destacado es la iglesia parroquial de Ntra. Sra. De la Purísima Concepción, obra del siglo XVI, realizado por Domingo Dorego, consta de una nave única dividida en dos tramos, con bóvedas de cañón y cabecera poligonal. Modificada sustancialmente en el siglo XVIII; y reconstruida casi por completo tras la Guerra Civil. En el interior resulta de interés la puerta de la sacristía, de sencillo diseño clásico con frontón coronado por el escudo santiaguista. También en la Iglesia podemos encontrar la imagen del Cristo Nazareno, patrón de la localidad y obra temprana del escultor Juan de Ávalos. Señalar además el retablo mayor, obra moderna, de pequeñas proporciones y digna factura, realizada según los modelos barrocos.


