Cabeza la Vaca se sitúa al sur de la provincia de Badajoz, en medio de un pequeño valle, entre campos de encinas, olivos, castaños, rodeado de sierras que definen su entorno natural y la forma de vida de muchos de sus habitantes.
Forma, junto con otros 8 municipios y 2 pedanías, la comarca de Tentudía, denominada así por la existencia del Monasterio de Tentudía en la cima del monte de igual nombre, que con sus 1.104 metros de altitud es el techo de la Sierra Morena extremeña, y Cabeza la Vaca, con sus 763 metros de altitud, es el núcleo urbano más elevado de la provincia de Badajoz.
La fisonomía de Cabeza la Vaca está a caballo entre la arquitectura extremeña y la andaluza: calles estrechas y empinadas, con fachadas encaladas y tejados marrones de tejas árabes, que confluyen en pequeñas plazas remozadas con gracia y adornadas en ocasiones por curiosos monumentos, como la “Cruz del Rollo”, o pintorescas fuentes y pilares con abundante agua, testigos, algunos de ellas, de la historia de la villa. Todo ello nos hace recordar la influencia de la vecina Andalucía, conjugándose a su vez con la sobriedad y la austeridad extremeña. Los elementos arquitectónicos son:
La Fuente del Rollo, está situada en el centro de la plaza principal de Cabeza la Vaca. Embelleciendo a nuestro paseo ( que es como todos llamamos a dicha plaza ) está constituida por una base circular de granito, con una columna cuadrangular en el centro de la fuente, del que emanan cuatro caños de agua.
La Cruz del Rollo, está formada por un fuste de granito sobre triple grada y coronada por una cruz. Picota símbolo con el que Felipe II concede a Cabeza la Vaca en 1594 el título de villa y el privilegio de impartir justicia. Fue colocada, en 1600, en un cruce de caminos para exponer los reos a vergüenza pública o para ser ajusticiados. La mayoría de nuestras fuentes de información opinan que nunca fue utilizada para tal fin. Actualmente es el punto de reunión para muchos jóvenes y ancianos.
La Cruz de la Calle Tordoya, monumento situado en la calle que lleva su nombre, calle Tordoya, a la que se le dio nombre en memoria de Diego María de la Tordoya, vecino ilustre de Cabeza la Vaca, nacido probablemente en la década de 1460-1470, que fue uno de los acompañantes de Colón en la primera expedición al Nuevo Mundo, muriendo allí junto a todos los hombres que quedaron a las órdenes del capitán cordobés Diego de Arana, en el fuerte Navidad, construido con los restos de la nao Santa María, encallada frente a la costa noroeste de La Española (Haití) el 25 de diciembre de 1492.
La Plaza de Toros, monumento del que los vecinos de Cabeza la Vaca se sienten más orgullosos, por un doble motivo: su afición a la fiesta y su construcción, debida en su totalidad a la aportación voluntaria de los cabezalavaqueños. Está situada a poca distancia de la Plaza Mayor, hacia la salida de Segura de León. Ocupa una superficie de 2.300 m2, de la que 1200 corresponden al ruedo y el resto a los tendidos y dependencias, con un aforo de unas 2000 localidades. La época de su construcción data de finales del s. XVIII, principios del XIX, estando hecha en ladrillos y mampostería. Recientemente ha sido declarada como monumento histórico-artístico.
La Fuente de Abajo, con la Cruz de la Fuente Abajo, datada en 1339 -según inscripción indicada en su pie- que aparece en la fuente del mismo nombre. Se sitúa en la zona donde surgió el pueblo a la entrada por su lado este y está formada por una base octogonal de granito con una columna cilíndrica en el centro, del mismo material, de la que brotan cuatro caños, alzándose sobre ella la Cruz construida en mármol.
La Plaza Vieja, se cree que este lugar fue los cimientos de nuestro pueblo, ya que alrededor de un pozo que existía, comenzaron a construirse las primeras calles, que fueron la calle Tordoya y la calle Sevilla. Hoy en día es un lugar de recreo.
Torre de Reloj, construida frente a la “Cruz del Rollo”. Data de 1770, aunque por la falta de firmeza en su obra no pudo ser utilizada hasta 1772.
Iglesia Parroquial, situada en la Plaza Mayor. Su construcción se ha llevado a cabo a lo largo de varios siglos. Aunque su valor artístico y arquitectónico no es elevado, sí hay en ella objetos e imágenes de gran valor: Reina de los Ángeles, imagen de estilo gótico tardío; Virgen del Rosario, hecha en Sevilla por Juan Argosta en 1816-1819; Retablo del Altar Mayor, realizado por Juan Evaristo en 1760 y dorado posteriormente, en 1797, por Francisco Canet; “Cruz de oro”, así conocida, aunque es de plata dorada, construida por Cristóbal Gutiérrez, platero de Llerena.


