A orillas del Embalse de Cíjara, cuya cuenca se halla en plena Reserva Nacional. Localidad que cuenta con paisajes de gran atractivo, no en vano está circundada por la Sierra de los Batanes. Junto con Villarta de los Montes y Fuenlabrada de los Montes, constituye la llamada “Calabria extremeña”, área situada en el extremo nororiental de la provincia de Badajoz, dentro de la comarca de La Siberia.
En el casco urbano de Helechosa de los Montes encontramos un variado conjunto de viviendas con fachadas esgrafiadas y pinturas varias, constituyendo un ejemplo de la arquitectura popular tan propia de la zona.
Si miramos atrás descubrimos que en el enclave geográfico actual del municipio coinciden numerosos pueblos, muchas fronteras y en muchas ocasiones hasta es tierra de nadie. La antigüedad remota fija su atención en Muro, la ciudad de los Moros, que reza el acervo popular. De su existencia sabemos a aparecer citada entre los Itinerarios romanos de Antonino como una Mansión entre Mérida y Toledo.
De la incursión musulmana en la península se conservan algunos restos en la zona. En concreto, dentro del ámbito de Helechosa y Bohonal, se pueden visitar lo que fuera un cementerio, ruinas de algunos muros y restos de una calzada empedrada (unos 500 m).
Alfonso VIII, conquista la comarca y sus poblaciones cediéndolas el Arzobispo Don Rodrigo, pasando otra vez a depender del Concejo de Toledo, año 1040.
El vestigio escrito más antiguo que se conserva data de 1222. Se trata de documentos del caballero don Alfonso Téllez de Meneses, que desde su castillo de Albuquerque y como promesa para su salvación, hace una campaña de guerra contra los musulmanes, reconquistando el importante enclave del castillo del Muro, junto a Helechosa. Esta fortaleza tenía mucha importancia en la línea defensiva - ofensiva del Guadiana.
En el año 1226 fue vendido al arzobispo de Toledo por 800 maravedíes, 500 cahices de trigo y 5.000 de cebada. No se sabe cuánto tiempo permaneció bajo el poder de Toledo, aunque se cree que lo hizo hasta 1369.
Alfonso XI en sus libros de montería, cita estos montes como buenos para la caza del oso y el venado en el siglo XIV.
A partir de ese año y hasta 1444, perteneció unas veces a Toledo y otras al vizcondado de la Puebla de Alcocer, cuyos señores (más que reyes) se encargaban de nombrar alcaldes, dictar leyes e impartir justicia, en una palabra, de gobernar.
En 1.445 vuelve a la Corona de Castilla y Juan II la anexiona al vizcondado de Puebla de Alcocer regido por el Maestre de Alcántara, que al igual que el Duque de Béjar dejan huella de su influencia en la zona.
Por Helechosa pasaba una cañada de la Mesta que fue aportando poco a poco más vecinos y nuevos usos y costumbres, como el juego de "la calva" que se juega tradicionalmente en Semana Santa, que era cuando los pastores llegaban con sus rebaños a la zona.
El eje central de la gastronomía lo constituyen elaboraciones culinarias relacionadas con la pesca —salmorejos y similares—, la caza y la matanza —destacando el morcón asado y la sopa de cachuela, así como los “chorizos malditos”, el pestorejo en adobo o la “morcilla del cura”—. Platos típicos también son la sopa tibia conocida como “ajocano”, el ajoblanco o el gazpacho; y dulces como candelillas, canelones o canutos.


