En el pasado, igual que Rena, se integraba en el Condado de Medellín, independizándose la última de tal demarcación como Villa exenta, en 1735, al tiempo que Don Benito.
En el presente constituye un centro exclusivamente agrario, bien integrado en el paisaje, apacible y cuidado, en el que no faltan signos de evolución. Urbanísticamente compone una estructura compacta de la que se proyecta un largo apéndice en dirección a poniente configurado por las calles Reyes Huertas y Virgen de Guadalupe.
Su hito monumental más destacado es la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, que se sitúa en el borde oriental del caserío, lindando con la carretera a Campolugar. Constituye realización tardogótica de reducidas proporciones originaria del siglo XV, edificada en mampostería y piedra según el modelo de templo rural propio del ámbito emeritense. Consta de gran cabecera con cubierta de crucería estrellada, nave única, coro a los pies, y torre rematada en chapitel bajo la que se aloja el baptisterio. Éste se cubre con bóveda de piedra, figurando en uno de los sillares el año 1560 como fecha de ejecución. En la fachada frontal se abre una sencilla portada granítica, existiendo otra, hoy cegada, en el costado de la Epístola.







